Hace
mucho tiempo, vivía en el norte de la India un príncipe de
nombre Siddharta. Había nacido en una familia muy rica que lo llenaba
de regalos preciosos y lo rodeaba de todo tipo de lujos. No
obstante, le prohibían aventurarse fuera de palacio, pues querían
protegerlo de la realidad más desagradable del mundo
exterior.
Cuando alcanzó la edad de veintinueve años, el príncipe Siddharta, cansado de la vida que llevaba, se escapó de su palacio y, tras su encuentro con un enfermo, un anciano y un muerto, pudo comprobar por sí mismo que el sufrimiento existía y que mucha gente lo padecía. Que, en realidad, su vida en su palacio era una mentira. Estas revelaciones le afectaron mucho.
Cuando alcanzó la edad de veintinueve años, el príncipe Siddharta, cansado de la vida que llevaba, se escapó de su palacio y, tras su encuentro con un enfermo, un anciano y un muerto, pudo comprobar por sí mismo que el sufrimiento existía y que mucha gente lo padecía. Que, en realidad, su vida en su palacio era una mentira. Estas revelaciones le afectaron mucho.
Entonces
conoció en un cuarto encuentro a un hombre que practicaba la
meditación. Aquel descubrimiento iba a cambiarlo del todo.
Decidió dejar su palacio y marcharse al bosque para practicarla él también.
Después de muchos esfuerzos y tras muchos años de meditación, logró descubrir dentro de sí una Felicidad eterna que nada en el mundo le podía arrancar. Había vencido el sufrimiento para siempre jamás. Es lo que se llama "iluminación". Y Buda quiere decir "el despierto" pues despertó a la Felicidad Suprema.
Luego se dedicó hasta el final de sus días a enseñar la meditación a todos los que lo deseaban.
Fue un gran sabio, que ayudaba la gente a comprenderse a sí misma para cambiar su mente y ser más felices. Fue un hombre bondadoso, con una sonrisa cautivaba a todos.
Sin duda es uno de los hombres más grandes de la Historia.
Hoy, su enseñanza sigue siendo tan válida como hace 2.500 años.
Decidió dejar su palacio y marcharse al bosque para practicarla él también.
Después de muchos esfuerzos y tras muchos años de meditación, logró descubrir dentro de sí una Felicidad eterna que nada en el mundo le podía arrancar. Había vencido el sufrimiento para siempre jamás. Es lo que se llama "iluminación". Y Buda quiere decir "el despierto" pues despertó a la Felicidad Suprema.
Luego se dedicó hasta el final de sus días a enseñar la meditación a todos los que lo deseaban.
Fue un gran sabio, que ayudaba la gente a comprenderse a sí misma para cambiar su mente y ser más felices. Fue un hombre bondadoso, con una sonrisa cautivaba a todos.
Sin duda es uno de los hombres más grandes de la Historia.
Hoy, su enseñanza sigue siendo tan válida como hace 2.500 años.
Esta nos dice: "Busca la felicidad dentro de ti y compartela con toda la humanidad".